Amigos

Los días de lluvia me pongo ñoña. Y si voy en un taxi mirando a través de la ventana, más. ¿Soy la única que los días de lluvia le da por acordarse de amigos que hace meses que no ve?
Hoy me ha pasado eso. He tenido que coger un taxi para ir a entregar unos trabajos,y en el trayecto, me he dado cuenta de que hacía mucho que no hablaba con una amiga.
Y en ese momento, o lo dejas pasar y esperas a ver si te llama ella algún año de estos, o llamas tú.
Así que la he llamado, y me ha dicho que me mandó un par de mails, y que como no la contesté pensó que yo estaba enfadada. A mi no me llegó ningún mail, y al colgar me he dado cuenta de que una buena amiga podría haber dejado de serlo por algo tan simple como vivir deprisa y olvidarte de llamar.

Y me he dado cuenta de la cantidad de amigos que han pasado de amigos a conocidos en estos últimos años. Repetir lo de que la amistad es como una planta que hay que regar es un topicazo, pero lo que sí quiero decir es que de pequeños esa planta es una selva: con la vida normal, la planta se mantiene. Pero según cumples años la planta se hace más birriosa si no la cuidas. A esta edad, si no te preocupas, los amigos se van. Todos vivimos con prisas, con ocupaciones y con problemas, y quien no te demuestra que está ahí día a día, es muy probable que deje de estarlo.
Ahora solo queda que si yo me preocupo por mis amigos, que ellos lo hagan también por mi, está claro. Que la vida es dar, pero también recibir. Un toma y daca, con perdón.


Y os cuento una noticia de alguien que, con estas noticias, me encantaría que fuera mi amigo:
Andreu Buenafuente ha rechazado un premio, el Micrófono de Oro de la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión, porque esta federación otorga el mismo premio a Fedeguico Jiménez Losantos.
Cualquier otro coge su premio, lo añade a los tropocientos que ya tiene, y cuando le pregunten por su “partenaire” de premio, cambia de tema. Pero Buenafuente no, él dice que no quiere el premio, que Losantos ejerce un periodismo (de nuevo, con perdón) que le ofende, y que no quiere compartir premio con un señor que está "pudriendo el periodismo" y el concepto de radio.

Ante esto, sólo digo una vez más a este señor: olé! O si lo quiere más international: chapeau!
Esto se llama ser consecuente con uno mismo, no sólo serlo con quien te paga, que es lo más habitual. Yo, de mayor, quiero ser así.
Y si soy así, seguro que algún amigo se acuerda de mi en los días de lluvia.